Puebla, Pue. 27 de septiembre 2008
LA NOCHE DEL PASTEL
Este pastel ya tiene tiempo en el horno... Los
rumores de su encantador sabor habían llegado hasta mis oídos, sin embargo
apenas el pasado viernes puede ver la puesta en escena "la
noche del pastel" que es una creación colectiva a partir de lo que conocemos
como comedia de arte. Los ingredientes de este panqué agridulce son: Karen Arcega, Denis Vázquez
y Jonathan quienes conforman la compañía teatral te para tres, bajo la dirección de la maestra Thelma Itzel Ramírez
Cuervo, catedrática del colegio de arte dramático de la UAP. La historia es amena y de fácil montaje para que bien se pueda presentar en cualquier foro,
calle o teatro. Toda la trama depende de los actores y el delicioso pastel resulta ser sólo un pretexto para desencadenar una ola de comedia e interacción entre actores y público.
A partir de cierto repertorio de frases,
trucos y bromas los actores dan estructura a la trama de la obra, logrando dar
vida a polichinela, el doctore, colombina y arlequín, quienes entrelazan sus
historias de personajes "arquetipo" y sin pasarse de la raya actúan, gesticulan,
parodian, divierten y se divierten entre ellos y con los espectadores.
El vestuario nos remonta a la Venecia de otra
época, las mascaras están bien diseñadas y la escenografía aunque mínima, es sencilla y cumple perfectamente su función dentro de la obra.
De la comedia del arte se dicen
muchas cosas y casi todas son mitos. Que es un género que nació en Italia donde todo es improvisado, que era un teatro popular y demás cuestiones que los
estudiosos del quehacer teatral están cuestionando día con día, basándose en los archivos
más recónditos del planeta para darnos una respuesta exacta y así cultivarnos a
los ignorantes en la materia.
Mientras tanto no seré yo el que
dirá y sin embargo lo haré, la comedia del arte es un género teatral que
atrofia la amargura, pone en marcha al niño que todos llevamos dentro y nos
adentra en el mundo de sus personajes a los cuales queremos ver sublimados, castigados, golpeados, casados y todo lo que termine en "hados" por
que eso es lo que son, inexorables y entrañables. Entre mis primeros
acercamientos al teatro, hay un recuerdo que persiste, un día una compañía de actores llego a
la plaza cívica de mi pueblo, dando el espectáculo más fantástico que pueda recordar, se trataba precisamente de una comparsa de errantes actores que trabajaban este genero, lloré
mientras todos reían ante el fatal destino de un pobre payasito enamorado.
No recuerdo más o tal vez
sí, el caso es que siempre es grato
cuando una obra de teatro o de arte revive en uno esos recuerdos pueriles ¿Qué quien es el culpable de liberar de la nada este fenómeno emocional? ¿Nuestra memoria emotiva? o ¿los actores? o ¿la obra de arte? Quizás todos o ninguno, no lo puedo responder ahora, pero el destino con su buen tino me llevo a contemplar
esta breve puesta en escena, en donde además participé.
| Los actores de la noche del pastel |
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